Eutanasia, Ley de voluntad anticipada, y la película “Mar adentro”
La legislación de la eutanasia se
inicia en Holanda y se globaliza por casi toda Europa. Esta acepción ha ganado
adeptos desde que en los países bajos, después de una discusión pública que
duró 20 años, llegaron a la conclusión, en 1983, de que la eutanasia sólo puede
ser entendida como la acción deliberada que quita la vida a otra persona.
La práctica de ayudar a bien
morir solamente se debe llevar a cabo en pacientes en que esté debidamente
comprobado que se encuentran en una etapa terminal y con ello se les evitarán
sufrimientos prolongados e innecesarios; es decir, que su enfermedad sea incurable
y que a corto plazo les llegará la muerte. Los argumentos a favor de la
eutanasia, entendiendo a ésta como un acto deliberado que causa la muerte con
el n de dotar de calidad de vida al paciente en sus últimos momentos,
centrando su atención en la inhibición de un sufrimiento prolongado aludiendo
razones humanitarias.
En el capítulo de Antecedentes se
menciona que la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo
tercero reconoce el derecho a la vida, aunque en el artículo quinto señala el
derecho a no ser sometido a tortura ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes lo que abre la posibilidad a la Eutanasia, la cual arma el
promovente -de la iniciativa puede ser un derecho, pero siempre llenando
requisitos y bajo cierto requerimientos.
Precisa también que en defensa de
la dignidad humana, la Eutanasia representa una opción, porque es más digno
prolongar la vida cuando se sabe de antemano que no hay remedio, por lo tanto
-concluye- la iniciativa pretende fortalecer la dignidad humana y crear
elementos legales que permitan, a quien lo desee, acceder a una muerte digna.
En palabras usadas en la Revista
de Medicina y Cine de la Universidad de Salamanca, y sin pretender más que
apoyar el criterio de la ley vigente en la Ciudad de México, nos encontramos
ante una apología de la eutanasia, pues trata de una persona que no es enfermo
terminal, sino de la eutanasia y del suicidio como medios para “solucionar” los
problemas de la discapacidad.
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Grupo técnico de análisis de información de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico
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