Estudiantes de ciencias de la salud y la seguridad de los pacientes
El
desarrollo tecnológico contribuye al aumento de la complejidad de los
diagnósticos y también de los procedimientos terapéuticos. El crecimiento
logístico y estructural de los hospitales y las redes de atención de la salud
va de la mano con escenarios, en los cuales grandes cantidades de pacientes
reciben atenciones tanto multidisciplinarias como complejas. Las leyes y
normativas sobre los derechos de los pacientes, la docencia y la investigación
en salud, han evolucionado, y su conocimiento es indispensable para un correcto
ejercicio profesional.
La
formación actual de los futuros profesionales en ciencias de la salud debe ir
más allá del aprendizaje de una gran cantidad de conocimientos y destrezas
clínicas. En el programa formal deben incluirse contenidos que los ayuden a entender
y desenvolverse con propiedad respecto a la procura de la seguridad de los
pacientes, con los cuales, inevitablemente, ha de tener relación, de alguna
forma durante su aprendizaje. Resulta imperativo para el estudiante de ciencias
de la salud, que al menos reciba un curso formal y bien diseñado, antes de
ingresar a las rotaciones clínicas, que le ilustre sobre los lineamientos y
retos globales de la Organización Mundial de la Salud en materia de seguridad
del paciente, además de incentivar a que se consolide una cultura no punitiva
en los hospitales, con lo cual podría impulsar el adecuado reporte de los
incidentes y eventos adversos, a su vez permitir que los estudiantes puedan
comenzar a familiarizarse con la seguridad y la calidad de la atención a los
pacientes desde su formación profesional.
Se
ha llegado a sugerir, que las instituciones de salud podrían aplicar un examen
de verificación para evaluar conocimientos y destrezas relativas a la seguridad
de los pacientes, antes de admitir estudiantes en sus instalaciones.
Existe
una gran necesidad de reorientar las políticas de formación, certificación y
recertificación de los recursos humanos en salud, y de la formación de
especialistas y subespecialistas en particular, ampliando las fronteras de las
especialidades básicas. Amerita meditar sobre un nuevo reto global: “formación
profesional segura, asegura la calidad de la atención”. Con recursos humanos
especializados en áreas básicas y de alta calidad, capacitados en seguridad
para los pacientes, los países podrán garantizar mejor la cobertura universal a
los sistemas de salud, y de los sistemas integrados de servicios de salud.
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