En
esta reflexión en salud, se discurre sobre la diferencias entre algunos
modelos de la relación médico-paciente, mostrando la relevancia que es, el
tomar conciencia de la disimilitud de ver a un paciente como objeto o verlo
como lo que realmente es: un ser humano al igual que lo es un médico.
Con
frecuencia la relación médico paciente, resulta difícil porque la expectativa
de un usuario es muy alta, y el nivel de responsabilidad por parte del doctor,
es determinante (entre otras múltiples variables). El tema de calidad de la
atención no es únicamente una cuestión de forma, cortesía o un protocolo; va
más allá, pues nos habla de lo complejo que son las relaciones humanas, más
cuando una de las dos personas que interactúan, tiene el conocimiento y
responsabilidad para ayudar a mejorar la salud del otro.
Existen
diferentes modelos de atención médica, los cuales, tienen determinantes en lo
práctico. Los modelos son importantes, porque permiten, generar una cuantificación
de lo cualitativo, dicho de otra manera, nos ayudan a medir la realidad social.
Es en este sentido, que la atención médica, una mala práctica y el tipo de
modelo de atención se conjuntan (aunque hay que reconocer, que este tema en sí,
es una línea de investigación, y aquí sólo se hará una disertación general
sobre el tema), pues no es lo mismo atender médicamente a una “cosa” que a un
ser humano.
Modelo
mecanicista. En él la atención se lleva a cabo de acuerdo con disposiciones
administrativas estrictas; se siguen protocolos de manejo rígidos, el enfermo
no elige al médico tratante y no siempre es atendido por el mismo médico. Se
retoman algunos aspectos importantes, para que el lector pueda encontrar su
vinculación con el tema, no obstante, se le invita a leerlo para mayor detalle
e información. Se ponen ambas palabras comenzando con mayúsculas, porque se
trata de un modelo, no sólo de una relación y se remarca como un modelo, no
sólo como un vínculo.
Modelo
paternalista: En el que prevalece la actitud autoritaria del médico que dirige
las acciones, indica y/o realiza los procedimientos diagnósticos terapéuticos,
mientras que el enfermo sólo acata las indicaciones, sin que se tomen en cuenta
su opinión, dudas o temores. Es una relación tipo sujeto-objeto en la cual,
aunque se trata de beneficiar al enfermo, no se respetan su autonomía, su
libertad, su capacidad y derecho a decidir. Este modelo es frecuente en México
y países latinoamericanos, sobre todo en el medio rural.
Un
modelo de responsabilidad compartida, busca que ambas personas compartan no
sólo el derecho de la información, sino la manera en la que se tomarán
decisiones. Esto, no implica, que el paciente sea ahora médico, eso sería
absurdo, lo que sí permite, es que se establezca un crecimiento cognitivo y
emocional, por parte de ambos actores; por un lado, el médico comprende que
está tratando con un ser humano, mientras que el paciente también debe hacerse
responsable de las decisiones sobre su cuerpo en términos de salud.
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Grupo técnico de análisis de información de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico
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