Incidencia de dos principales intervenciones obstétricas en hospitales de la Secretaría de Salud, como alternativa para medir la calidad de la atención hospitalaria
Durante
las últimas décadas, el número de nacimientos atendidos por cesárea, es una de
las intervenciones obstétricas que ha aumentado en casi todo el mundo y México
no ha estado ajeno a este incremento, dicha práctica perfila un problema de
salud pública que ha motivado a generar acciones para promover su disminución. A
mediados de la década de los ochenta, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
propuso que la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre 10% y 15% y la Norma
Oficial Mexicana-007-SSA2-2016 establece un límite máximo de 20% del total de
los nacimientos. A pesar de estas recomendaciones, México supera por mucho el
límite recomendado en dicha práctica clínica.
Actualmente,
el aumento considerable en el número de nacimientos por cesárea innecesaria
también perfila un problema de salud pública multifactorial. En este contexto,
el objetivo de este documento es describir y cuantificar los servicios
prestados en hospitales de la Secretaría de Salud de dos intervenciones
obstétricas que durante los últimos años han recibido atención por su elevada
frecuencia, debido a que carecen de una clara justificación médica. Estas son
los nacimientos atendidos por cesárea y los partos vaginales con episiotomía. Para
contribuir a la comprensión del escenario sobre estas dos intervenciones
obstétricas, se analizó información de los registros hospitalarios de la
Secretaría de Salud de 2015, a fin de estimar el porcentaje de cesáreas y
episiotomías registradas en la institución.
Tomando
en consideración la paridad en esta población hospitalaria, se observa una
tendencia mayor de realización de cesárea cuando el parto es el primero o el
segundo (42.2 y 28.8%, respectivamente) propensión que disminuye a partir del
tercero (18.1%) al quinto y más nacimientos (4.2%). En el análisis por tipo de
hospital, las cifras concretas muestran que el nivel más alto en el porcentaje
de nacimientos atendidos por cesárea, lo tienen los hospitales federales de
referencia y los especializados con 37 y 42.7%, respectivamente, una cifra que
duplica el estándar recomendado. Por otro lado, el promedio de estancia
hospitalaria a menudo es utilizado como un indicador de eficiencia
hospitalaria. En este sentido, los datos relativos al presente ejercicio,
muestran que a nivel nacional la estancia hospitalaria se incrementó de 1.2
días en los nacimientos por parto vaginal con o sin episiotomía, a 2.2 en los
nacimientos atendidos por cesárea.
Entre
las medidas propuestas internacionalmente para el mejoramiento de la calidad de
la atención, se incluye la incorporación y práctica permanente de mediciones de
desempeño. El establecimiento de rastreadores clínicos como estrategia de
medición indirecta de la calidad de la atención cobra de más en más relevancia
ante la ausencia de un verdadero sistema de indicadores de calidad de la
atención.
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Grupo técnico de análisis de información de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico
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