La seguridad del paciente se ha convertido, desde hace ya algunos años, en
un objetivo esencial de los sistemas de salud en el mundo. Si lo analizamos
desde la perspectiva de la calidad de la atención, la seguridad se identifica
claramente como una dimensión clave en los procesos de mejora de los
servicios de salud que se han de impulsar desde las instituciones, organizaciones
y sociedades científicas con la finalidad de elevar la calidad con la que
los servicios de salud proveen la atención a los usuarios. En este sentido la
Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que anualmente millones
de pacientes sufren lesiones incapacitantes o mueren como consecuencia de
prácticas médicas o atención insegura, casi uno de cada 10 pacientes sufre
algún daño al momento de recibir atención en hospitales.
Los errores y los eventos adversos pueden ser el resultado de varias cuestiones a
distintos niveles dentro de proceso de atención médica; por ejemplo, a nivel gubernamental
(financiamiento), a nivel de una institución de salud (estructuras o procesos)
o en el punto de intervención entre pacientes y profesionales de la salud (error
humano, falta de comunicación). Es por esto que las investigaciones enfocadas en la
gestión de la seguridad del paciente tienen por objeto, establecer diagnósticos
precisos y soluciones que impacten en la calidad de la atención, previniendo posibles
daños a los pacientes a través de cuatro actividades principales:
Determinar los problemas e incidentes. - Consiste en identificar cuántos y
cuáles son los eventos adversos registrados (por ejemplo, errores de medicación,
infecciones asociadas a la atención de la salud). Esta información es esencial
para aumentar la sensibilización sobre el problema y determinar prioridades.
Entender las causas.- Una vez identificados los eventos adversos, el paso siguiente
consiste en conocer las causas que favorece la ocurrencia de los eventos
adversos que han perjudicado a los pacientes. Debido a la naturaleza
compleja de la atención sanitaria, esos eventos no son consecuencia de una
causa única, por lo que es necesario investigar para determinar los principales
factores prevenibles en la cadena causal.
Encontrar soluciones.- Para mejorar la seguridad del paciente se necesitan
soluciones (acciones de mejora) que aborden las causas fundamentales de la
atención poco segura. Deben considerarse soluciones eficaces para conseguir
que la atención sea más segura y logremos prevenir posibles daños a los
pacientes.
Evaluar el impacto.- Aun cuando las soluciones de eficacia (acciones de mejora)
han demostrado ser efectivas en los entornos controlados, es importante
evaluar los efectos, la aceptabilidad y la factibilidad de las soluciones aplicadas
en la vida real. Es necesario entender mejor la manera en que los resultados de
las investigaciones se pueden aplicar en la práctica.
Para una mejor aplicación de las actividades mencionadas, se cuenta con una herramienta
fundamental: la Clasificación Internacional de Seguridad del Paciente (CISP).
Este tema se aborda en la parte central de la presente edición del boletín, se describen
sus características, estructura y componentes, contenidos que nos permitirán trabajar
en la identificación de los eventos adversos y las condiciones que los rodean;
se menciona también la necesidad de definir, armonizar, agrupar y complementar algunos
de los conceptos incluidos en la versión actual de la CISP lo que sin duda
contribuirá a las instituciones de salud en las etapas de identificación, integración, codificación, análisis e interpretación de los factores pertinentes para la seguridad del paciente
de modo tal que permita el aprendizaje y el mejoramiento del sistema nacional de
salud en su conjunto.
El texto que acabas de leer corresponde al editorial del boletín 2, el cual puedes consultar en la siguiente liga:
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centrocolaborador@conamed.gob.mx
Atentamente
Grupo técnico de análisis de información de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico
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