Un principio fundamental de la medicina, primero no hacer daño.
Frase que se atribuye a Hipócrates, parece por demás, ser muy obvio en la prestación de la atención a la salud, no obstante existe un gran número de incidentes adversos que provocan daño en los usuarios de los servicios de salud y que en consecuencia, dan pie a inconformidades, a la promoción de quejas, al deterioro de la relación del personal de salud con el usuario, entre otros. Desde la publicación del informe Errar es humano en 1999 del Instituto de Medicina, realizar mediciones, informes de daños y los resultados en la ejecución de medidas para mejorar la seguridad del paciente han tenido prioridad en las instituciones y dependencias de salud en el mundo. Sin embargo, las estadísticas nacionales e internacionales nos muestran que aún queda mucho por hacer.
El primer paso para reducir el daño al paciente es comprender la magnitud del problema. Esto sólo se puede lograr con informes precisos, con reportes certeros y utilizando fuentes de información de calidad. En este sentido, es necesario obtener información que permita evaluar que barreras aportan a la mejora de la seguridad, favoreciendo un enfoque sistémico que permita reducir el daño, que beneficie el desarrollo de una cultura de seguridad del paciente, involucrando activamente la participación de los usuarios pacientes y familiares) como corresponsables en las acciones de seguridad del paciente, considerando en la medida de lo posible, la atención basada en la evidencia y la toma de decisiones a conciencia.
Cuando el daño ha sido tal que incide en la muerte del usuario, es indispensable saberlo para prevenir futuros incidentes. Actualmente las estadísticas oficiales no consideran a los errores médicos como causa de defunción tal y como se comenta en una de las aportaciones.
Es de destacar que el liderazgo en todos los niveles es necesario para reforzar la seguridad en los sistemas de salud y para fomentar una cultura de la seguridad, considerando estos temas desde la formación de recursos humanos para que el conocimiento se traduzca en la práctica.
Por encima de todo, el proceso de atención médica debe centrar todos los esfuerzos en los usuarios, en la seguridad del paciente a su paso por el establecimiento de atención médica, considerando el cumplimiento de sus expectativas como objetivo principal, sin dejar de lado el restablecimiento de la salud.
En este número, revisaremos temas que nos harán reflexionar y entender un poco más, a los incidentes adversos.
El texto que acabas de leer corresponde al editorial del boletín 6, el cuál puedes consultar en la siguiente liga:
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