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jueves, 14 de julio de 2016

El aire y sus contaminantes… ¿Hacia dónde nos está llevando?

Fuente: Shutterstock.com

María Fernanda González Alvarez 1
Resumen: El Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA), es tomado como referencia para determinar los niveles de contaminación existentes en la Ciudad de México, siendo consecuentemente la calidad del aire que todos nosotros respiramos. Aunque queda claro que la contaminación del aire no es noticia en nuestro país, los efectos nocivos a la salud han ido en aumento, poniendo en riesgo a la población más vulnerable.
Palabras clave: Contaminación del aire, efectos a la salud, puntos IMECA.
Abstract: The Metropolitan Index of Air Quality (IMECA), is the reference value to determine the levels of pollution in Mexico City, the index reflects the air quality that its inhabitants breathe. Although it is clear that air pollution is not news in our country, the harmful health effects have been increasing, threatening the most vulnerable population.
Key words: Air pollution, health effects, IMECA index.


Del 5 de abril al 30 de junio pasado, la ahora Ciudad de México (CDMX) se vio inmersa en lo que se denominó “Hoy No Circula Ampliado”, como solución extraordinaria ante la mala calidad del aire presentada en el Valle de México secundaria a “la temporada de ozono”, época en la que se registran altas temperaturas, pocas lluvias y vientos de baja intensidad.

Bastó comentar con algún compañero de trabajo o abrir alguna de las múltiples redes sociales para evidenciar el rechazo a las medidas impuestas por el Jefe de Gobierno de la CDMX y la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe); ciertamente, los reclamos se acentuaban en la ciudadanía molesta por no poder usar su automóvil un día a la semana (y en ocasiones hasta dos), o al ver que la oferta de transporte público no cumplía con la demanda, ocasionando precios exorbitantes y abusivos.

Si bien este problema afectó la forma en que la sociedad del Área Metropolitana se desplaza, como actual médico pasante de servicio social, me resulta más preocupante ver los efectos en la salud de todos los que ahí vivimos; problemas que de base, no se van a resolver con el mal implementado sistema de monitoreo de salud en hospitales de la capital, para que las personas acudan en caso de sentir malestares por la contaminación, tan no sirvieron las medidas del Jefe, que, a una semana de la suspensión del “Hoy No Circula Ampliado”, se declaró nuevamente -y para no variar-, contingencia. Más preocupante aún que, como habitantes del área afectada, estemos más indignados por las aberrantes medidas que implementó el gobierno, que por darnos cuenta que nosotros mismos estamos contribuyendo al problema ambiental.

Tengo un recuerdo vago de cuando cursaba la primaria, hace ya unos años atrás, y en ocasiones, no nos permitían realizar actividades deportivas al aire libre debido al incremento de los puntos “IMECA”. Probablemente con 7 años encima, no me cruzaba por la mente el significado de esas siglas ni su repercusión en nuestro entorno, pero al transcurso de los años y al haberme convertido en médico, las cosas han cambiado… Significa pues, Índice Metropolitano de la Calidad del Aire, que en lo que va del año, alcanzó su valor más alto el 14 de marzo pasado, con 203 puntos en la zona de Cuajimalpa de Morelos en la CDMX[i], que de acuerdo al índice, se traduce en una calidad del aire extremadamente mala, activando la Fase I de Contingencia Ambiental. Tal parece que desde 1996, fecha en que se tiene registro de un valor máximo de 274 puntos, es habitual que los mexicanos estemos acostumbrados a respirar una casi permanente mala y/o extremadamente mala calidad del aire. 

Ahora bien, ¿qué mide este índice?. Se trata de un sistema de monitoreo atmosférico, encargado de medir los niveles ambientales de varios gases como el ozono (O3), monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOX), plomo (Pb), micro partículas, entre otros elementos que en conjunto, resultan en una variedad de síntomas que pueden ir desde una simple cefalea, hasta exacerbar problemas de origen cardiaco o pulmonar causando incluso, la muerte; afectando principalmente a menores de cinco años, propiciando mayor incidencia de asma y dermatitis atópica; a personas de la tercera edad, que en su mayoría, cuentan con diagnósticos de enfermedades crónico-degenerativas[ii], y aunque pareciera no relacionarse, afectando también a embarazadas, complicando procesos hipertensivos del embarazo como la preeclampsia, relacionándose también con aumento en la frecuencia de abortos espontáneos, así como aumento en la mortalidad de recién nacidos prematuros[iii].

Estudiando el efecto que cada uno de estos componentes tienen en nuestra salud, el común denominador es la afectación a nivel pulmonar. No nos sorprenda encontrar próximamente una alza en padecimientos de ésta índole.

Así, encuentro que el ozono, puede desencadenar crisis asmáticas, reducir la capacidad funcional pulmonar y ser factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades neumológicas, incluso de origen neoplásico. El dióxido de azufre, puede ocasionar por un lado enfermedades pulmonares de características inflamatorias causando tos y exceso de secreciones, agravando condiciones preexistentes como asma o bronquitis crónica y haciendo a la población más susceptible a contraer infecciones de vía aérea; y por otro lado, ocasionando irritación ocular[iv].

El monóxido de carbono por su parte, es el responsable de inhabilitar el transporte de oxígeno a las células, por lo que una exposición prolongada, pudiera resultar en mareos, náusea, cefalea, pérdida del estado de alerta e incluso la muerte[v]. La intoxicación por plomo, cuyos efectos se han visto notoriamente en los niños, se caracteriza principalmente por alteraciones en la conducta y retraso del neurodesarrollo.

Como ven, muchos están en riesgo, de hecho, la Organización Mundial de la Salud ha estimado que cerca de 12.6 millones de muertes al año, están ligadas a factores ambientales, siendo la región del sureste asiático la más afectada, responsable de 3.8 millones de decesos, mientras que el Continente Americano lo es de aproximadamente 847,000[vi] fallecimientos. La –triste– realidad, es que la contaminación, no es noticia, es invisible, como si se tratara de un asesino silencioso, esperando el mejor momento para atacar, pasando la gran mayoría de las veces, desapercibida.

De hecho, 36% de las muertes por cáncer pulmonar, 34% de las ocurridas por enfermedades vasculares cerebrales y 27% de las secundarias a enfermedad cardiaca, se han visto relacionadas a una mala calidad del aire[vii].

Podría seguir hablándoles  de los efectos tan nocivos que la contaminación tiene en nuestra salud, pero lo realmente importante es entender que, las políticas en materia ambiental, de la mano de políticas en materia de salud, sólo serán de ayuda cuando estemos verdaderamente convencidos de que necesitamos un cambio; cuando logremos que esas llamadas “políticas” funcionen para todos los ciudadanos, independientemente del estrato social al que pertenezcan, y no parezcan beneficiar sólo a aquellos con recursos aparentemente ilimitados.

Cuando caigamos en cuenta de que en aproximadamente 35 años, mi generación será parte de la base de esa llamada pirámide poblacional invertida y estaremos heredando a nuestros hijos un problema muy difícil de resolver, dejándolos prácticamente sin elementos para buscar la solución.

Cuando la sociedad mexicana deje de ser tan egoísta como para molestarse por no circular un día, en lugar de buscar alternativas de movilidad, cuando no haga catarsis por las tarifas dinámicas del transporte y busque respuesta en medios ecológicos.

Pero sobre todo, cuando el gobierno verdaderamente implemente recursos suficientes para crear transportes públicos eficientes y de calidad y no simulen su uso, como si su demostración fuera meritoria de aplausos. Se trata de concientizarnos de la realidad y comprometernos con el futuro; todos, incluyendo políticos y gobernantes, con la finalidad de lograr una transformación verídica en nuestro país.




1 Médico Pasante de Servicio Social en Investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Westhill en la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED). Correspondencia: M.P.S.S. María Fernanda González Alvarez. CONAMED. Mitla 250, Esq. Eje 5 Sur Eugenia, Col. Vértiz Narvarte, Del. Benito Juárez, C.P. 03020, Ciudad de México. Correo electrónico: fernuchis@gmail.com

Citar esta publicación: González Alvarez MF. El aire y sus contaminantes… ¿Hacia dónde nos está llevando? Conamed Contigo [internet]. México: CONAMED; 2016-07-14 [acceso aaaa/mm/dd]. Disponible en: http://conamedcontigo.blogspot.mx/2016/07/el-aire-y-sus-contaminantes-hacia-donde.html


REFERENCIAS


[i] Activación del Programa para Contingencias Ambientales Atmosféricas (PCAA) en la ZMVM, Contingencias (Fase I y Fase II). (s.f.). Recuperado el 10 de julio de 2016, de http://www.aire.df.gob.mx/descargas/ultima-hora/calidad-aire/pcaa/pcaa-historico-contingencias.pdf.
[ii] Rosales JA, Torres VM, Olaiz G, Borja VH. Los efectos agudos de la contaminación del aire en la salud de la población: evidencias de estudios epidemiológicos. Salud Pública Méx 2001; Vol. 43(6):544-555.
[iii] Lelieveld J, Evans JS, Fnais M, Giannadaki D, Pozzer A. The contribution of outdoor air pollution sources to premature mortality on a global scale. Nature 2015; 525 (7569): 367-71.
[iv] Ambient (outdoor) air quality and health. Fact sheet Nº313. (March, 2014). Recuperado el 10 de julio de 2016, de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs313/en/.
[v] Contaminación y tu ciudad, efectos en la salud (s.f.). Recuperado el 10 de julio de 2016, de http://www.aire.cdmx.gob.mx/default.php?opc='Y6BhnmKkYWE='.
[vi] Environmental impacts on health, what is the big picture? (s.f.). Recuperado el 9 de julio de 2016, de http://www.who.int/quantifying_ehimpacts/publications/PHE-prevention-diseases-infographic-EN.pdf?ua=1.

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